Las palabras griegas, que nos han dado tantas raíces, nos prestan a kalós, bello; éidos, imagen; scopéo, observar; para formar el Kaleidoscopio que es cambio, imágenes dinámicas, diferentes, impresiones personales sobre el mundo.








sábado, 16 de julio de 2011

De ausencias y retornos

Un amigo madrileño me dijo, medio en broma, medio en serio, que tenía que ponerme las pilas, pues si Chávez no estaba, no iba a tener de qué escribir. La ausencia-aparición del presidente puso en evidencia el peso de esa figura en la vida cotidiana; nos hemos acostumbrado a pensar permanentemente en él, a favor o en contra, para hacer o deshacer. Parecemos niños en un salón de clase, sentimos la presencia omnipotente del maestro que se pasea por los pupitres, con las manos agarradas a la espalda, mirando por encima del hombro a ver si están bien hechas las sumas, a ver si la letra tiene la caligrafía correcta.

Este asueto ha servido para reflexionar, para imaginarnos justamente lo que va a pasar a partir del 2012: una Venezuela sin Chávez en el gobierno. Ese es el escenario que tenemos que definir, hacia donde debemos dirigir nuestros esfuerzos. Áreas sobran, problemas tenemos a borbotones, lo que nos falta es una estrategia clara de qué es lo que vamos a hacer, cómo lo vamos a llevar a cabo y quiénes vamos a participar. Imaginarnos el escenario del día después, trae como consecuencia pensar en qué queremos mantener, qué vamos a rescatar y qué cosas vamos a construir nuevas, diferentes.

Lo primero es reaprender a valorar el conocimiento técnico, el trabajo en equipo y el liderazgo compartido. Tenemos demasiado tiempo ─demasiada historia─ de caudillos que todo lo saben, que ponen a cualquiera al mando de las empresas, de los ministerios, con la única recomendación de la obediencia, de la supuesta fidelidad al gobierno de turno. La clase de problemas que tenemos requiere, para solucionarlo, líderes con capacidad técnica y con entusiasmo para llevar a cabo los cambios necesarios. Eso significa que ese líder no sea, como hasta ahora, denominado solo por partidos, sino que se seleccione el más apto, el que mejor convenga, mediante concurso si hace falta. Especialmente en las áreas de energía, de infraestructura y de tecnología, donde no se puede seguir improvisando.

Tanto los grandes temas sociales ─la salud, la vivienda, la educación─, como los de política interior ─la justicia, el manejo de las cárceles, la seguridad─, han tomado tal complejidad que seguramente van a hacer falta equipos de expertos no solo a nivel nacional sino internacional, para diseñar soluciones especiales que requiere este país en emergencia.

La incorporación de los jóvenes es materia pendiente, pues son ellos quienes hasta ahora han estado marcando el camino, quienes han demostrado fuerza, ganas para cambiar las cosas y la intuición de qué es lo que se necesita en este nuevo país que estaremos construyendo.

La naturaleza del reto que tenemos por delante necesariamente llama a que cada quien tome responsabilidad sobre su parte para lograr el cambio. Dejaremos atrás estos tiempos de gravitación de una sola figura, todopoderosa y omnipotente, y pasaremos a decidir responsablemente qué es lo que vamos a hacer como sociedad. Tenemos mucho trabajo, mucho que hacer, para seguir dando vueltas alrededor de un presidente que ya tiene sus días contados en el ejercicio del poder.


Caracas, 14 de julio 2011