Las palabras griegas, que nos han dado tantas raíces, nos prestan a kalós, bello; éidos, imagen; scopéo, observar; para formar el Kaleidoscopio que es cambio, imágenes dinámicas, diferentes, impresiones personales sobre el mundo.








lunes, 8 de marzo de 2010

Estudiantes…La fuerza!



Los jóvenes de todos los tiempos son los que, por excelencia, han opuesto resistencia a los dictadores, a las acciones que tratan de silenciar, de ahogar sus reclamos, sus derechos. Basta recordar el Mayo francés del 68, o el movimiento juvenil de Estados Unidos, que se levantó contra la Guerra de Vietnam; la matanza de los estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, México, o la de la Plaza de Tian'anmen en el Pekín de 1989, donde murieron más de seiscientas personas y hubo más de diez mil heridos.

En Venezuela, después de la famosa “generación del 28” y de los movimientos asociados a las guerrillas de izquierda de los años 60, los jóvenes habían permanecido al margen de la vida política del país. Hasta que, hace tres años, despertó un movimiento estudiantil que parecía inexistente, dormido. Dos generaciones de venezolanos nacidos y criados en democracia han sido el germen de esta resistencia. Esta nueva generación de valientes muchachos saben lo que pierden, si dejan que se siga cerrando el cerco sobre las libertades individuales sin dar la cara, sin decir un “Basta!” firme, decidido.

Estos muchachos no necesitan la violencia. Saben que están señalando los verdaderos problemas del país, y están exigiendo soluciones. Han logrado renovar su liderazgo, siempre estudiantil, siempre plural, dando espacios a todas las universidades, a todos los géneros. Sus caras frescas, su firmeza, su convicción de que están luchando por la democracia en tono de paz, por un cambio donde todos podamos vivir tranquilos, construyendo un mejor futuro, es suficiente para plantarse ante la fuerza bruta de la Guardia Nacional, de la Policía Nacional y de todos los cuerpos represivos.

El gobierno embiste cada vez con más saña sobre ellos. Basta ver los tanques que sacaron para reprimir las protestas en Mérida, en Caracas, en Táchira. O los dos muertos en Mérida. O los perdigonazos que cegaron a dos estudiantes en Anzoátegui y que han herido a decenas en todo el país. O la foto de El Nacional de hoy 28 de enero, donde en el primer plano sale el cuerpo de un GN, agarrando con la mano derecha una cadena que termina en una suerte de ancla marina, hecha con cabillas dobladas, para fustigar a cualquiera que trate de pasar la barrera. Al fondo, los estudiantes sentados en la calle, mostrando sus manos blancas.

Nos toca a nosotros salir a respaldarlos en todos los ámbitos. En los partidos, reforzar aún más esa unidad que ya está en marcha, esa fuerza que poco a poco se está logrando a todo nivel. En los gremios profesionales, señalando cada uno en su especialidad lo que no se está haciendo adecuadamente, lo que hay que remediar, lo que falta por hacer. En las universidades y colegios, apremiando los cambios posibles. En nuestra vida cotidiana, acudiendo a los centros de la comunidad organizada. En la calle, apoyando sus marchas.

Es necesario que hagamos un esfuerzo desde donde estemos, dentro y fuera del país. Porque cuando los jóvenes toman la bandera señalando caminos, todavía hay esperanza de cambio.

28 de enero de 2010

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